jueves, 17 de junio de 2010

Xian

Llegamos a Xian a las 9 de la mañana y teníamos esperando a una chica del hostel donde nos hospedaríamos esa noche para llevarnos al hostal. Fue muy gracioso ya que tenia una gorra con forma de gato, con orejas y todo y la camiseta a juego..
Era muy simpática pero nos tuvo esperando casi una hora a que llegaran otros turistas que venían de un tren desde Beijing para que fueramos todos juntos en la furgoneta. Teniendo en cuenta que hacía mucho calor y que estabámos fuera de la estación junto con otros 1000 chinos tratando de vendernos mapas, agua o cualquier cosa..llegó un momento en el que hubiéramos preferido no esperar y cogernos un bus local, que cuestan 1 CNY.
Finalmente llegamos al hostal, que por cierto, era enorme y muy bonito. Ademas nos regalaban un cafe y una cerveza gratis (todo un detalle..) al hacer el check in. Nos duchamos y nos fuimos a ver a los guerreros de Terracota. Un bus a la estaciones de autobuses (1 CNY) y otro bus al pueblo donde se encuentran los guerros (9 CNY) y llegamos a nuestro destino.
Por supuesto, la entrada no era barata, por lo que sacamos nuestros carnets de 'estudiante' (yo estoy utilizando el de buceo y Olga el DNI). Coló...asi que nos salió 45 CNY en vez de 90 CNY.
Desde la entrada hasta el recinto hay unos 20 minutos, que bajo el sol abrasador, se hicieron duros...Finalmente, llegamos. Hay 3 pabellones donde están divididos los guerreros con sus caballos y sus carruajes. El primero es el mas grande y el que mas guerreros tiene, el segundo tiene pocos y el tercero menos aun.

La verdad es que son impresionantes, pero no se pueden ver de cerca, por lo que resulta dificil apreciar las diferencias que existen entre ellos.


En el tercer pabellon tienen varios guerreros acristalados, por lo que pudimos ver los detalles del pelo, de las suelas de los zapatos, las arrugas, los moños, etc...



Resulta increible pensar que aquel emperador mandó construir todo un ejército de aproximadamente 6000 guerreros, con sus armas, caballos, carros...es increible.

Había una zona donde estaban trabajando en los guerreros y recomponiéndolos. Fue muy gracioso ya que no se les veía estresados en absoluto, y eso que tenían decenas de miles de chinos y algunos pocos occidentales a su alrededor sacando fotos y comentando opiniones.

Algo a comentar es la escasa luz de los pabellones y el que no se permitieran trípodes ni flashes. Yo tengo un mini trípode que saqué y con el que hice todo lo que pude hasta que vino el policía y me llamó la atención..

Cuando terminamos con la visita, volvimos a la estación de autobuses y dos horas más tarde llegamos al hostal donde descansamos un rato mientras organizábamos nuestro próximo paso en China, el rio Yangtse. Sobre las 8 de la tarde, nos dirigimos al barrio musulmán para ver su mercado lleno de puestos de comida y souvenirs que se situaba al lado de la torre del tambor y que se diferenciaba del resto en que aquellas chinas llevaban la cabeza cubierta con pañuelos...qué calor tenían que tener las pobres!!!





Había mucho donde elegir, tanto dulce como salado. Por una vez en China, había variedad de dulces. No es nada común encontrarlos en este país..



Teníamos hambre y aquellos olores y colores nos abrieron aún más el apetito.




Decidimos tratar de probar de todo un poco de manera que cada una elegía lo que le entraba por el ojo y la otra lo probaba. Tras un par de horas dando vueltas por aquellas calle degustando nuevos sabores nos retiramos...nos habíamos puesto las botas...
Al llegar al hostal, decidimos tomarnos la cerveza gratis así que bajamos al bar y vimos el segundo tiempo del partido Argentina-Nigeria junto con toda la gente que también se hospedaba allí. Tras ver ganar a Argentina y tomarnos la birra, nos fuimos a la camita ya que a la mañana siguiente tomábamos el tren a Yichang para descender por el río Yangtze.












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